viernes, julio 10, 2009

Tambor tambor tambor

La pleamar expira y la última nube atenúa las sombras.
Cuatro gaviotas se aventuran a invadir las papeleras.
Yo busco el amparo de la resaca.
Solo hay un vaivén que me marea
y algas muertas y un hueso
como el que hay en algunas jaulas de pájaro
navegando.
Y ella posará aún más distraída
a la velocidad de la luz pensará en la palabra despacio
o en pelusas que habitan el amarillo y la noche (sus colores).
Ella tiene un corazón lleno de guerra.