domingo, abril 23, 2006

Nana extraña

Yo tenía el cuerpo envenenado
ella la mirada azul y triste triste
Creo que sentía añoranza por días
absolutamente felices,
aunque a veces parece
que el agua de los ríos
está helada y ya está.
Me invitó a su isla-un atolón cada año
entre febrero y mayo-y me dijo:
Ayúdame un poquito. Y yo lo hice.
Unas horas se quedaron sin registrar.
No sé si navegamos por eso que
tantos llaman pecado, porque lo cierto es
que en un atolón es difícil saber
dónde está la derecha.
Mañana vuelve a ser el mañana de siempre
uno muy diferente del de ella.

jueves, abril 13, 2006

La mujer que fuma puritos

La mujer que fuma puritos es hermosa
su cara siempre acaba de levantarse de una siesta.
La mujer que fuma puritos camina
con el desgarbo de una fiera peligrosa.
Yo quiero ver caminar tan a menudo como pueda
a la mujer que fuma puritos.
Ella me dice que está confusa
que ahora no es antes y que ahora ella no sabe
mientras tanto yo quiero hipnotizarla.
Dice que algo no encuentra,
que algo le cuadra raro o no le cuadra
parece ser que anda como despertando de no sé qué cosa.
Así que usa mucho suavizante,
porque le gusta el buen olor de todo
y que todo esté en orden.
Y a veces levanta mucho la barbilla, se ríe,
y es mejor estar cerca que cualquier otra cosa.