miércoles, septiembre 02, 2009

El la del oboísta

Una armonía invencible
emborracha a veces la hora en que el día dice:
adiós, voy a pasear, os dejo solos,
que todo se detenga hasta mi vuelta.
No ocurre por la forma en que caminas (solamente).
Hoy el aire acolchado ascendente
mañana una helada.

martes, septiembre 01, 2009

Racconto

No he cambiado mucho; probablemente volvería
a por aquella weimaraner hijaputa
al adosado idéntico de la siguiente calle.
Recorrería con la misma urgencia
el camino desde el estadio a casa
atropellando restos de kebab
y borrachos.
En la puerta el número
podría ser el mismo
si consiguiera recordarlo.
Por eso y también
porque me ha salido de los cojones
he elegido una corriente en el canal.
He estado combatiéndola un buen rato
esperando un momento de flaqueza
para darle el zarpazo final. Como a ti.
Son testigos carramarros navajas y doradas
y las fractales costillas del fondo.
Al final, la quietud es quien vence.
Pero he hecho un juramento.